Aunque en un principio habíamos pensado en la senda del Arcediano al final nos fuimos al desfiladero de los Arrudos. Desde el pueblo de Caleao salía el camino, paralelo a un río con sus cascadas y saltos, hasta que, comenzado el desfiladero, ascendimos por unas escaleras de roca que iban escalando el sendero. Llegados a una fuente nos metimos por entre un bosque de hayas donde temíamos que surgieran orcos en cualquier momento.
Daniel Alvarez se extasiaba contemplando las hayas, acebos, robles y cogiendo pequeños retoños con los que espera nutrir el invernadero que se quiere fabricar. Chus Morilla, en vaqueros y jersey a la cintura, paseaba su bolsa de deporte en la mano. Asegura que ha aprendido mucho de este día y que la experiencia acumulada se incrementará en próximas excursiones.

Renzo nos había avisado el día anterior del gran físico que tenía y que pensaba dejarnos atrás a todos. Al final se excusó diciendo que el se refería a si la excursión era nadando, que es lo que el domina. Javierín y Víctor Luis disfrutaron conversando sobre su ya lejana infancia y juventud durante todo el recorrido, y Antonio Hernández fue tomando nota de todo lo que debe llevar para próximas excursiones: teléfono movil, toalla superabsorbente, matamoscas manual,..
La lastima es que se nos olvidó la cámara, así que las fotos que veis las tuvimos que coger de internet.
Parece ser que la próxima semana habrá otra excursión. Estad atentos al blog para informaros.